Aprendi a seguir sus pasos silenciosos,
Sobre la vereda del camino de adoquin..
Que llenaba el cuadro del primer jardin
En el bosque de los arboles de la vida.
Despues fue un unicornio que miraba con desden.
Apacible y companero de las notas musicales
Que emitia la ambiguedad y la distancia.
Y que llenaba huecos de humedad y de rocio.
Estabamos buscando el mismo sueno…
Pero aguardabamos la noche con su luna perniciosa.
Con los canticos del ave de mala guero,
Que llegaba y se posaba en la guarida de las rosas.
Pensaba si los dos eramos Dioses desterrados.
Dibujados por la mano poderosa del creador de la desgracia.
Destetados y lanzados para bien de sus despojos.
O pequenas almas simples, buscadoras de falasias…
Hubo un tiempo que pense que eramos nada.
Como polvo, con el viento, como humo con el alba…
Como esas… las distantes memorias olvidadas.
Como ideas que se
pierden, como huecos en el alma.
©Copyright by
Baldra Torres
Los pasos del unicornio... las sendas de la vida que nos ofrece el tiempo y la transparencia de nuestras emociones que quedan grabadas en el inconciente... para reflexionar querida amiga.
ResponderBorrarUn placer dejar mi huella en tu rincon poetico.
Un beso en la distancia.