Pareciera que en los ojos de mi madre se instaló la
primavera…
Como un árbol recién plantado, sus hojas verdes florecen…
Quien pudiera a los ochenta, seguir cantando como ella lo
hace.,
Y aprender a mirar con desdén desde su trono…
De la infamia y la inconstancia…
Y no ufanarse…
Sé que tiemblan sus manos y sus ojos de recuerdos.,
Años pasan y ella sigue acumulando aire de Diosa,
Esos vagos, pasajeros momentos en que vuelve a sus
memorias.,
Los tiempos que marcaron sus esperanzas rotas.
Música en sus oídos los ruidos de la vida y sus encantos…
Sabia de ayer, de siempre, me mira y me sabe enamorada de
sus manos…
Ella puede darle a mi
mundo ese aire de cósmico y lejano.,
Certeza, libertad , pericia, sentenciada a vivir bajo su
falda.
Mama nació de la tierra y sus abismos, de la laguna sus
ojos,
Sus manos de maíz, y su cuerpo de montaña enamorada de su
origen.
Cada uno de sus pasos… Cada paso…
Es un tiempo sin recelo, sin la prisa de llegar, o sin
saberlo.
Como espero algún día parecerme…
Acercarme siquiera a su imagen de un cúmulo de historias…
Ser como ella, como el viento y la lluvia que la tocan…
Ser de allá, de donde vienen los intactos, los eternos…
Los mortales que no buscan vana gloria….
Baldra Torres
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